miércoles, 16 de mayo de 2012

Y ASÍ EMPEZÓ TODO


Un día alguien soñó un huerto, pero no soñó un huerto cualquiera, soñó un huerto comunitario, hecho por personas anónimas, vecinos que en su ir y venir se habían visto muchas veces por el barrio, pero que nunca se habían parado a pensar que podían construir algo juntos. Cuando despertó, pensó que quizás podía llegar a verlo con sus propios ojos. Por eso una soleada tarde de mayo, nos convocó a todos en un descampado cercano del barrio. Y por allí aparecimos una veintena de vecinos. También vinieron de otros barrios personas, experimentadas en esto de montar sueños colectivos, a ayudarnos a montar el nuestro.
            Con las experiencias de unos y las ganas del resto, aquella tarde imaginamos que en aquel descampado semiabandonado, donde a duras penas sobreviven unos pocos pinos pequeños y resecos en su  soledad, donde la basura y los cristales rotos son los únicos frutos de una desdichada siembra, podíamos plantar nuestras ilusiones y transformar ese espacio en algo compartido y construido por todos.
            Y nos pusimos a trabajar sin saber muy bien hacia dónde nos llevará esta aventura, pero convencidos de que en el camino que hemos emprendido encontraremos personas a las que merecerá la pena conocer y con las que compartir este espacio que alguien soñó un día, y que hoy, aquí, compartimos contigo. ¿Te apuntas?

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