miércoles, 31 de diciembre de 2014

Huerto Batán en 2014


Este año el Huerto ha entrado en su adolescencia. Ha cumplido dos años en mayo y está algo revolucionado. 2014 ha sido un año en el que han ocurrido numerosos acontecimientos y lo nota.


Han sido muchas las personas que han pasado por el huerto durante estos meses, novedosas incorporaciones que aportan savia fresca a la sabiduría de los veteranos. El huerto ha conocido caras nuevas y también ha echado en falta a algunos de los de siempre que por diversos motivos no han podido estar. Recordamos a los que se nos han ido a buscar mejor fortuna a otras tierras pero que llevan al Huerto en el corazón: nuestros corresponsales en la Bretaña francesa, en el Mediterráneo y en Lima. También a los amigos que nos han apoyado de forma individual como vecinos y simpatizantes con el proyecto o colectivos como el Huerto de GRAMAARBA, Entorno Meaques Retamares, la Plataforma Salvemos Campamento, el Huerto de Lucero o la Asociación de Vecinos entre otros. Con ellos hemos llevado a cabo varias hacenderas donde hemos hecho semilleros, desherbado y limpiado de paja y basura, y repoblado las zonas aledañas al huerto. También se han organizado proyecciones de cine sobre temas de agricultura urbana, soberanía alimentaria y consumo responsable. Se ha colaborado además en las fiestas del barrio de Batán con juegos educativos de reconocimiento de semillas de hortalizas y refranes sobre agricultura y clima.

 No nos olvidamos de nuestros compañeros de la Red de Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid, con quienes hemos compartido incertidumbre y negociaciones con el Ayuntamiento por el tema de la regularización de los huertos urbanos en nuestra comunidad. Pero no sólo hemos sufrido, también hemos disfrutado con ellos en asambleas, cenas y otros encuentros, estrechando lazos y compartiendo saberes.



Y para compartir saberes hemos invitado también a los más pequeños a visitarnos, como a los niños y niñas del Colegio Lourdes y su AMPA y el Grupo Scout 85 La Salle, con quienes hemos reconocido aromáticas y plantado verduras, hortalizas y legumbres, y quienes nos han ayudado mucho con nuestro pulso particular con los caracoles y haciendo espantapájaros.

Nos hemos sentido queridos y por eso nosotros también queremos aportar nuestro granito de arena al barrio, ayudando a algunas personas en riesgo de exclusión de diversas maneras y aportando a los vecinos un espacio de disfrute, donde cada vez vemos más gente pasear por los alrededores, habiendo logrado que lo que era una zona de descampado con basura en sus inicios se haya convertido en un agradable camino para dar una vuelta y charlar.



Este año hemos tenido bonitos encuentros entre nosotros, los más habituales han sido los días de huerto en sí o las asambleas con muchos sabores, con comilonas estupendas donde intercambiar recetas, e incluso hemos cocinado con un horno solar. También hemos tenido celebraciones especiales como nuestro 2º aniversario y hemos realizado catas de productores, pues el Huerto ha ido consolidando el Grupo de Consumo Huerto Batán compuesto por muchos de sus miembros. Y como nos lo tomamos en serio con el consumo consciente y transformador, también nos hemos animado con nuestro segundo mercadillo de trueque. Para que no todo fuera comer, también hemos organizado algunos talleres como el de pirograbado, musgo-graffiti o usos medicinales de las plantas aromáticas. Se ha creado un resort de mariquitas y se han hecho comederos de pájaros. Y lo que nos queda, pues estamos acondicionando un local, EspacioB, para seguir haciendo todo lo que se nos ocurra.



Este 2014 hemos introducido nuevas especies de árboles, arbustos y cultivos, hemos intentando crear nuestro propio semillero, se han probado nuevos purines, insumos y fermentaciones, hemos arriesgado con nuevos métodos en bancales experimentales... ¡Nuestro laboratorio natural evoluciona cada día más! Las rondas diarias nos han hecho mirar el huerto con otros ojos y compartirlo con los demás bajo nuestro propio punto de vista, aportando una riqueza y variedad de miradas que antes no teníamos y permitiéndonos implicarnos en soledad con el huerto.

No nos han faltado momentos divertidos, sorprendentes e incluso inquietantes este año: la aparición de un misterioso huevo de oca en un bancal, la angustia de algunos miembros encerrados en la nueva caseta municipal o la entrevista para el periódico que nos ha hecho aún más famosos. Hemos sobrevivido a plagas varias; al calor, la sequedad y el fuego; a la regularización del ayuntamiento; a épocas en las que faltaban manos; a malentendidos y desavenencias; a hurtos; a suciedades...

Pero seguimos adelante porque el Huerto de Batán es mucho huerto, y unos valientes hortelanos lo han luchado a muerte durante todo el año, muy especialmente en verano: han estado al pie del cañón pegara la solana o lloviera, en vacaciones, haciendo los trabajos más ingratos: quitando grama; arreglando bancales y escaleras; perfeccionando el supersistema de riego; yendo a por cañas; obteniendo plantones y semillas; recuperando y recomprando herramientas; vigilando la cosecha de manos largas; organizando labores y comunicaciones... y un largo etcétera de tareas de las que en ocasiones se han ocupado sólo unos pocos. Un agradecimiento enorme a todos y todas.

Durante estos meses el huerto ha sufrido nuestras ausencias. A algunos se nos ha olvidado momentáneamente la importancia de nuestra presencia y nuestros saberes, que muchas veces son más de los que nos pensamos. La rutina, el trabajo, las prisas, las relaciones personales... nos hacen alejarnos de la Tierra y de la verdadera Vida. Y nos olvidamos de que cada uno de nosotros somos una pieza importante para que este precioso proyecto del Huerto Batán siga funcionando. Por esta razón se ha redactado una declaración de intenciones y hemos recordado por qué surgió nuestro huerto. En el huerto hay cabida para todos, seas grande o pequeño, de aquí o de allí, estés mucho o poco. Pero se necesita conocer el compromiso de cada persona para medir fuerzas y conocer las expectativas de cada uno, para poder hacer del huerto un proyecto equilibrado y justo para todo el mundo. Queremos un espacio libre, inclusivo, abierto, inspirador y sobre todo, sostenible, tanto a nivel social como ambiental.

Por eso no desfallecemos y seguiremos aprendiendo, creando huertos y bosques comestibles, ampliando nuestros horizontes tanto físicamente (con ayuda o no del consistorio) como emocional y espiritualmente. Seguiremos debatiendo y consensuando en asambleas, en el huerto, en el local, en el barrio; crearemos documentos y protocolos para mejorar nuestro funcionamiento; repartiremos tareas y nos organizaremos; compartiremos saberes, recetas, poemas, chistes y canciones; nos cuidaremos y disfrutaremos juntos de todo lo construido. Llevaremos a cabo todo lo que haga falta para seguir haciendo del Huerto Batán el lugar que muchos soñamos, un lugar donde cultivar verduras, relaciones y almas.



Aquí podéis ver al completo la galería de fotos de todo lo que se ha sembrado, crecido y cultivado este año. Cortesía de los fotógrafos Néstor Arotinco de Entorno Meaques Retamares y la Plataforma Salvemos Campamento, Alberto García y su cocina solar y servidora, Lidia Aroca, comunicadora y enamorada de los huertos.

https://www.dropbox.com/sh/oeppwtcsb4pmkn9/AABKbcz-O6xSjBbp5YVWowcla?dl=0
HUERTO BATÁN DURANTE 2014 EN FOTOS



lunes, 22 de diciembre de 2014

El huerto es un ejercicio, un proceso de aprendizaje


El huerto es un ejercicio, un proceso de aprendizaje:

  • Aprender a hacer cosas nosotros mismos (cultivar comida, autogestionar un espacio público)
  • Equilibrar lo individual con lo colectivo (la libertad de "aportar lo que pueda cada uno", equilibrado con el compromiso de "aportar lo que hace falta para que pueda existir" pues sólo puede sostenerse si lo sostienen múltiples manos y mentes)
  • Aprender a cuidar. Esto implica constancia, el cuidar es lento, requiere paciencia y vínculo emocional
  • Aprender a actuar desde la libertad: no hay autoridad, no hay "palo" porque nadie obliga, y tampoco hay "zanahoria" en el sentido de premio (bueno tampoco en el sentido físico, que es que no nacen las zanahorias!)
  • Aprender desde este alter-lugar, sobre el lugar en que vivimos: lo que nos aísla, lo que nos oprime y obliga, lo que nos impide autogestionarnos. Aprender sobre la pérdida de la soberanía alimentaria, sobre la destrucción de nuestros vínculos sociales y con la naturaleza.  Aprender sobre la fuerza de nuestras costumbres consumistas. Tomar consciencia de la gravedad de nuestra situación.
  • Aprender a dialogar, a escuchar y hablar. Sin prisas. A encontrar vías de vivir los conflictos (conflicto como proceso de aprendizaje)

El huerto nos da:
  • Un espacio para el libre juego, donde podemos atrevernos a soñar y hablar sobre lo que soñamos y de esa forma empezar a caminar. Un inicio de cambios, personales y colectivos.
  • Un espacio social, donde no estamos solos, donde re-encontramos vínculos con nuestros vecinos.
El huerto es una isla en un mundo hostil, y es precario y frágil, por lo que siempre busca "enredarse", el apoyo mutuo con otras islas, en ese sentido sirve a algo más grande que él.  Pero no aspira a mayor grandeza que el presente.

Del huerto pueden surgir múltiples iniciativas, por lo que surge en él en materia de sueños y proyectos. Pero es independiente, es un fin en sí mismo, no quiere servir como medio para fines que siguen los valores en boga: producir, conseguir dinero desde la autoridad, juntar gente para movilizarla desde cualquier agrupación social o política fuera de él mismo u otra ambición personal de alguien, representar, ganar prestigio...



domingo, 21 de diciembre de 2014

Solsticio de invierno en el huerto de Batán

Como cada domingo, el 21 de diciembre volvimos a juntarnos en el huerto de Batán disfrutando de un inusual tiempo soleado y cálido para estas fechas. Y es que en esta ocasión ha coincidido con el solsticio de invierno, momento que hemos aprovechado para estudiar las sombras que se producen en el huerto, de cara a planificar futuras plantaciones.

A parte de estas tareas tan específicas de esta fecha, se hicieron las labores propias del huerto, se atendió e informó a las personas que se acercaron interesadas, y hubo una pequeña colecta de acelgas.