Pablo, de jarras dentro del invernadero, en un momento mindfulness |
Este domingo fue jornada de asamblea, así que para saber lo más interesante del día de hoy habrá que esperar a leer el acta. Antes de la reunión, el trabajo en el huerto se centraba (igual que en las últimas jornadas) en la finalización del invernadero, que ya hoy contaba con las cuatro paredes pero sigue necesitando algunos retoques. En la zona de fuera del vallado se estuvieron plantando más espantalobos de los traídos del vivero Alborada. Mientras, en el huerto viejo se colgaron varias ristras de cacahuetes en algunos árboles para que sirvan de alimento a los carboneros, que como son tan buenos acróbatas, podrán comérselos sin problemas aunque estén colocados de esa forma.
La asamblea estuvo muy animada y hubo mucho trasiego de gente. Entre unos que se tuvieron que marchar antes de que finalizase, y otros que se incorporaron algo más tarde, asistieron alrededor de trece hortelanos. Aunque se trataron algunos temas delicados, el ambiente fue muy distendido y de diversión. Hubo muchas bromas, risas, rumores y también cotilleos. Para finalizarla compartimos unos sándwiches variados (con opción vegetariana), falafel, aceitunas, e incluso hubo postre dulce. Como siempre, todo acompañado de cerveza y, en esta ocasión, también vino.
Los cacahuetes para los carboneros. |
Ese equipo! Esta semana me inorcorporo!
ResponderEliminarQué guay
ResponderEliminarLos cacahuetes son para los carboneros pero no para las cotorras ¿No?
A ver quién se los come primero. Apuesto que alguna persona trincará alguno de aperitivo.
Qué interesante el invernadero
¡Pues seguro que se los come algún hortelano y luego dirá que fueron las cotorras!
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